martes, 18 de septiembre de 2007

Practicar ejercicio incrementa la supervivencia tras un infarto de miocardio



Las personas mayores que mantienen altos niveles de actividad física tienen mejores tasas de supervivencia después de un infarto de miocardio y la consecuente angiografía para despejar las arterias coronarias, según sugieren investigadores de Italia y Estados Unidos.
Un equipo de la Università Federico II de Nápoles, evaluó los niveles de actividad física diaria que mantuvieron 168 hombres y mujeres de 70 años o más después de 30 días y un año, informan los investigadores en “American Heart Journal”.
Los cuestionarios sobre el ejercicio obtenidos al momento de la angioplastia identificaron a 52 pacientes que habían realizado menos de 15 minutos diarios de actividad (baja) y 66 que informaron practicvar 15 a 30 minutos de ejercicio diario (media). Los restantes 50 pacientes hacían por día más de 30 minutos de actividad física (alta), como caminar, arreglar el jardín y correr en bicicleta, explican los autores.
Durante el período de 30 días posterior a la angioplastia se produjo la muerte cardíaca del 23% de las personas del grupo de actividad baja y del 18% de los pacientes que realizaron actividad media. En cambio, sólo el 4% de los participantes con actividad alta presentaron muerte cardíaca. "Un estilo de vida activo es un vaticinador independiente de la supervivencia en los pacientes mayores que se someten a una angioplastia primaria para el tratamiento del infarto de miocardio agudo", indica Leosco.
Los resultados a un año mostraron muertes cardíacas en casi el 29 y el 23% de los pacientes con actividad baja y media, respectivamente, mientras que entre quienes hacían mayor cantidad de ejercicio la cifra fue sólo el 8%. Los pacientes del grupo de actividad alta tuvieron además menores tasas generales, a 30 días y un año, de episodios no letales, incluidos otros ataques al corazón, otra angioplastia, insuficiencia cardíaca congestiva e ictus, comparados con quienes realizaron menos ejercicio.
Asimismo, los autores indican que comenzar a llevar un estilo de vida activo después de experimentar un ataque cardíaco se relacionó con una mejor supervivencia un año más tarde. "Estimulamos a que las personas mayores con enfermedad cardiovascular realicen una cantidad leve a moderada de ejercicio después de un apisodio cardíaco agudo", recomiendan los investigadores.American Heart Journal 2007;154:352-360
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